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Pandemias Históricas

Actualizado: 24 jun 2023

En medio de la cuarentena obligatoria que se ha desatado en gran parte de los países del mundo, del temor generalizado hacia el Covid-19, no resta más que preguntarnos cuantas veces la humanidad se ha visto enfrentada a situaciones donde la propagación de una misma enfermedad dan un panorama apocalíptico, como se superó cada una de ellas y que agentes patógenos fueron los que afectaron en forma crucial la vida de una ciudad, un país, un imperio, un continente o el mundo entero.

Revista Bochica hace una recolección de datos sobre algunas de las epidemias más devastadoras en la historia de la humanidad enfocada especialmente en la forma en que se superaron para dar un panorama a futuro sobre lo que puede ser el control de la pandemia de Corona-virus 2019-2020.


1. Pierart dou Tielt. Ciudadanos de Tournai, Bélgica, cargando víctimas de la peste negra.

Aunque pueden haber ocurrido terribles epidemias en los momentos en que del paleolítico nómada, se da paso a una vida sedentaria que empieza a agrupar más seres humanos en pequeños espacios donde el contagio se debió hacer más frecuente, la mortalidad y las epidemias tuvieron camino abierto.

Sin embargo en la historia se registra en la ciudad de Atenas Grecia la primera epidemia devastadora de la humanidad.


Peste de Atenas

Año 430 antes de nuestra era, las ciudades estado de Grecia se encuentran enfrentadas en la llamada guerra del Peloponeso que opone a Atenas y Esparta en busca de la primacía sobre el mundo griego. Pericles el gobernante de Atenas, decide encerrar a la población dentro de las murallas de la ciudad, mientras su poderosa flota ataca los transportes del enemigo. Sin embargo una enfermedad desconocida que se habría originado en Etiopía y propagado vía Egipto, Libia, isla de Lemnos hacia el puerto de El Pireo desde el que se abastece la ciudad hizo aparición.

2. Michiel Sweerts, Peste de Atenas. 1652–1654

En cuestión de días empezaron a enfermar y morir miles de ciudadanos y esclavos, dentro de las murallas de la ciudad superpoblada.

Los cálculos de la época dicen que fallecieron cerca de un tercio de la población ateniense. Teniendo en cuenta un aproximado de 250.000 habitantes la mortalidad se extendió a unas de 80.000 personas.


Primero sentían un fuerte y excesivo calor en la cabeza; los ojos se les ponían colorados e hinchados; la lengua y la garganta sanguinolentas, y el aliento hediondo y difícil de salir, produciendo continuo estornudar; la voz se enronquecía, y descendiendo el mal al pecho, producía gran tos, que causaba un dolor muy agudo; y cuando la materia venía a las partes del corazón, provocaba un vómito de cólera, que los médicos llamaban apocatarsis"

(Tucidides 460a.C. 396 a.C.)


El agente patógeno más probable es el tifus, que ha sido compañero permanente en los estados de hacinamiento, por lo tanto es predecible que ante el retiro de las tropas Espartanas, muchos sobrevivientes salieron de las murallas y el contagio empezó a ceder. Tucidides deja registrado dos brotes más, de menor impacto en cuanto al número de víctimas en 429 a.C. (en el que murió Pericles) y en el invierno de 426-425 a. C. (Papagrigorakis Et Al 2006)


Peste Antonina

3. Jules Elie Delaunay. Peste en Roma.

En el año 165 d. C. el gran imperio Romano vivió una gran epidemia en la que murieron por lo menos 5 millones de personas, la cuarta parte de quienes adquirieron la enfermedad. De acuerdo a las crónicas de se originó en el asedio a la ciudad de Seleucia en el cercano oriente a fines del año 165 y se extendió a las legiones de Las Galias y del Rin.


La enfermedad se caracterizó por síntomas como la fiebre, diarrea, inflamación de la faringe, erupciones en la piel, a veces seca y purulenta que aparece hacia el noveno día de la enfermedad.

Exantemas de color negro o violáceo oscuro que después de un par de días se secan y desprenden del cuerpo, pústulas ulcerosas en todo el cuerpo, diarrea, fiebre y sentimiento de calentamiento interno por parte de los afectados, en algunos casos se presenta sangre en las deposiciones del infectado, pérdida de la voz y tos con sangre debido a llagas que aparecen en la cara y sectores cercanos, entre el noveno día de la aparición de los exantemas y el décimo segundo, la enfermedad se manifiesta con mayor violencia y es donde se produce la mayor tasa de mortalidad”.

(Galeno 165-170)

En el año 192 la enfermedad empieza a ceder, posiblemente la ciencia logró algunos éxitos, pero es más probable que quien sufrió la enfermedad desarrollara inmunidad y de esta forma al no contagiar se fueron creando zonas libres del virus, incluso sus hijos que nacieron en zonas donde el virus ya había cedido, tendrían inmunidad natural y los contagios se hicieron menos frecuentes.


Peste Cipriana

4. San Cipriano de Cartago.

Roma 249-262 d.C. Hay pocos registros sobre esta pandemia y también de su tasa de contagio, aunque se menciona que posiblemente se originó en Etiopía y llegó a matar el 60% de los habitantes de Alejandría, en algún documento se menciona que en Roma morían 5.000 personas al día, en el momento cumbre del contagio.


«… un fuego que se origina en los fermentos de la médula en heridas de las fauces; que los intestinos estén sacudidos con un vómito continuo; que los ojos estén ardiendo inyectados de sangre; que en algunos casos los pies o algunas partes de los miembros se arranquen por el contagio de una enfermiza putrefacción; que de esa debilidad que surge por la mutilación y la pérdida del cuerpo, bien la marcha se debilita, o se obstruye el oído, o se oscurece la visión…»

(San Cipriano de Cartago. S III)


Se cree que se haya tratado de un filovirus de mortalidad muy alta (50%-70%), uno de cuyos representantes actuales es la enfermedad del Ébola. Es entendible que una vez alcanzado el pico de contagio los sobrevivientes desarrollaron inmunidad contra la enfermedad que fue cediendo para finalmente desaparecer con el paso de los años. (Poncio de Cartago,1885)


La Peste de Justiniano.

5. Nicolas Poussin. Peste de Azoth 1631.

En el siglo VI d.C. más precisamente (541-543) aparece una nueva pandemia que se extiende por África, Asía y Europa. Su origen estaba en el puerto de Raptha en lo que hoy es Tanzania, desde donde se propagó hacia el alto Egipto y de allí hacia el Mediterráneo.

Alcanzó Constantinopla la capital del imperio Bizantino, hacia el año 541 donde empezó un contagio elevado que se extendió por todo el imperio, Europa oriental y occidental, el imperio Persa y Yemen. Aunque muchos cronistas hablan de 2000, 5000, hasta 12.000 muertes al día en ciudades como Constantinopla, Cesárea o Roma no hay datos confiables sobre la mortalidad.

La enfermedad se caracteriza por la aparición de bubones, ojos sanguinolentos, fiebre y pústulas y la muerte sobrevenía en dos o tres días y los sitios públicos como mercados o iglesias solían ser los focos de mayor contagio. Aunque hubo algunos recuperados con sistemas inmunes debilitados. Juan de Éfeso.

Posiblemente se trató de un brote de peste Bubónica de acuerdo a la sintomatología descrita por Juan de Éfeso. Esta enfermedad tuvo diferentes etapas de desarrollo en los que avanzó y retrocedió en los contagios de acuerdo a las mutaciones genéticas de la bacteria Yersinia Pestis, cuyo vector es la pulga de la rata negra. No desapareció sino que se mantuvo con menos impacto en los siguientes años, en la medida que la población desarrolló sistemas inmunes que permitieron resistir nuevos brotes. (Juan de Efeso 569/1996)


Peste Negra

6. Alexandre Hesse-Honneurs funebres Rendu Au Titien. Peste Negra

La más famosa de cuantas pandemias ha vivido la humanidad inicia para la historia en la península de Crimea en octubre de 1347. Una enfermedad proveniente de oriente es utilizada como arma biológica por los Mongoles que lanzan cadáveres infectados a la sitiada ciudad de Kaffa. Los genoveses huyen en barco y llegan a Mesina portando el virus. Ese mismo año. Las guerra y las migraciones, así como los comerciantes expandieron rápidamente la enfermedad desde Italia hacia el norte, siendo su punto máximo entre los años 1347 y 1353.

Se calcula una mortalidad de 25 millones de personas, es decir una tercera parte de la población europea. La sintomatología era fiebre alta, seguida por Tos y esputos sanguinolentas, un sangrado por la nariz u otros orificios, Sed aguda, manchas en la piel de color azul o negro, seguido de la aparición de bubones negros en ingles, cuello, axila, brazos, piernas o tras las orejas, gangrena en la punta de las extremidades, finalmente rotura de los bubones supurando líquido con un olor pestilente. (Bocaccio)

Aunque se presentaron múltiples brotes, la peste negra fue debilitándose hasta desaparecer hacia el siglo XVIII después de los brotes de Marsella y Rusia. Se sabe que fue efectivo el sistema de cuarentena que se estableció en Venecia, ya que la incipiente medicina detectó que la enfermedad tenía 39 días de incubación y que quien la sufría desarrollaba inmunidad.

Hasta el siglo XIX se desconocía cual era el agente patógeno de la enfermedad. Dos médicos, un británico llamado Alexandre Yersin y un japonés Kitasato Shibasaburo relacionaron los síntomas de la peste bubónica con los descritos en las crónicas y entendieron que la transmisión inicial se da por la pulga de la rata negra, que puede alimentarse de sangre humana especialmente cuando la rata ha muerto. Después de que la bacteria Yersinia Pestis alcanza la sangre humana puede contagiarse por contacto de fluidos de persona a persona. (Gozalbes 2003)


Viruela Tenochtitlán

7. Códice Florentino. Enfermos de viruela durante el sitio a Tenochtitlan.


"Murió mas de la mitad de la población... Morían en montón como chinches....."

(Fray Toribio Benavente Motolinia, 1555)





Varias epidemias consecutivas diezmaron la población americana en los primeros años de la conquista, algunos ejemplos fueron dramáticos donde etnias enteras fueron exterminadas por una combinación de enfermedades desconocidas, guerras entre ellos y con los conquistadores etc.

De entre ellos cabe destacar el imperio Azteca que probablemente era el área de la América prehispánica con mayor concentración de población y que se vio tempranamente afectada por una poderosa epidemia de viruela.

Después del primer contacto entre españoles dirigidos por Hernán Cortés y el imperio Azteca en 1519, vino una época de difícil convivencia en la que los españoles tomaron prisionero al emperador Moctezuma. Pero el conquistador había partido sin permiso del gobernador de la isla de Cuba y este enviaba una comisión para arrestarle, dirigida por Pánfilo Narvaez. En este grupo se encontraba un esclavo africano llamado Francisco Eguia que se encontraba enfermo de viruela.

Después del choque con las fuerzas de Cortés la enfermedad se propagó con rapidez en la ciudad de Tenochtitlán que poco después estaba sitiada por un ejército aliado de españoles y otros enemigos de los aztecas. La mortalidad fue extraordinariamente alta, hasta el emperador Cuitlahuac enfermó y murió, junto con un numero de entre 2,5 a 3 millones de indígenas según algunos cálculo. Este y otros brotes aniquilaron el 97% de la población indígena de mesoamérica. (Treviño, 1997).


En el imperio Inca los datos no son claros pero es factible que la viruela, hubiese llegado 10 años antes que las tropas de Francisco Pizarro y que la población del imperio Inca ya estuviera bajo el efecto de una epidemia devastadora.

Encontrándose satisfecho en la isla de Puná y habiendo participado de sus vicios y sus atractivos, recibió malas noticias del Cuzco, donde le avisaban que reinaba una peste general y cruel, de que habían muerto Auqui-TopaInga, su hermano, y Apoc Iliaquita su tío, a los cuales había dejado como gobernantes, al partir, Mama Toca, su hermana, y otros principales señores de su familia habían muerto de la misma manera... “

(Cabello Balboa. 1586)

La viruela, el tifus y la gripe diezmaron la población amerindia a menos de un 10% en los siglos XVI y XVII, siendo tal vez el peor declive poblacional de la historia. Solo la inmunidad desarrollada por los supervivientes a los continuos brotes permitieron la supervivencia de una parte de la población prehispánica, muy disminuida. Los europeos y africanos no fueron ajenos a estas epidemias, pero estas enfermedades que ya eran conocidas en el antiguo continente fueron proporcionalmente menos mortales que con los indígenas. (García, 2003)

(Franco 2003)


Cólera

8. Grabado. El cólera en España la vacunación de ferran en Alcira de 1885.

En los albores del siglo XIX aparece en la provincia de Bengala un brote de cólera, que se extendió por el subcontinente indio hasta llegar al mar Caspio y China. Un segundo brote en 1829 alcanzó Europa y poco después Norteamérica. La siguiente ola alcanzó Rusia, una posterior Europa y África y un cuarto y quinto brote en Europa cobijaron todo el siglo XIX. En el siglo XX también se presentaron importantes brotes en Asia y América Latina.

El número de víctimas fue de por lo menos 10 millones de personas en todos los continentes y en todas las oleadas de los siglos XIX y XX.

El cólera es producido por la bacteria bacilo vibrio cholerae que habita en el agua y que una vez consumida genera diarrea, vómito y deshidratación y fue el aislamiento de la bacteria en 1854 por parte del médico Italiano Filipo Paccini, lo que permitió comprender mejor la naturaleza de la enfermedad y los tratamientos médicos asociados.

La mejora en la calidad de vida, el hervido del agua o acceso a agua potable fue derrotando lentamente el cólera cuyo último brote se presentó en Haití después del terremoto de 2010.


Gripe Española

9. Gripe Española. Camp Funston, Kansas. 1918. Otis Historical Archives Nat'l Museum of Health&Medicine.

Aunque aparentemente desde hacía meses ya se reportaban continuas epidemias en los cuarteles estadounidenses, el 4 de marzo de 1918, Gilbert Michell un cocinero de Fort Riley en Kansas falleció convirtiéndose en el paciente 0 de la gripe Española y horas después centenares de soldados se encontraban hospitalizados.

Alcanzó Europa en 1918 en el puerto francés de Brest, donde desembarcaron las tropas norteamericanas de la primera guerra mundial y se extendió con mucha rapidez, ya que los soldados acuartelados en pequeños alojamientos y debilitados por la guerra fueron las victimas de esta, la más mortífera pandemia en la historia humana.

Al llegar a España que por no estar beligerante en la guerra no tenía la prensa censurada, llamó la atención de los medios de comunicación por ser una gripe atípica y altamente mortal. Su extensión por todo el planeta llegó a dejar un número de 50 millones de muertos, aunque otras estimaciones los elevan hasta 100 millones. (Duncan, 2003)

La enfermedad desapareció hacia 1921, sin que hasta ese momento se hubiera logrado éxito en los tratamientos o el descubrimiento del agente patógeno. Solo hasta el siglo XXI se logró por medio de varias investigaciones aislar y descubrir el virus extinto. Tanto en laboratorios como por la exhumación de una mujer Inuit muerta en Alaska durante la pandemia. Se estableció este como un Influenzavirus A subtipo H5N1.


El retroceso de la enfermedad se debió seguramente a la resistencia desarrollada por las personas que la superaron alcanzando la inmunidad de rebaño y la extinción de la cepa del virus causante.


SIDA

10. David Kirby en su lecho de muerte. Therese Frare 1990

En 1981 se advierte en Los Ángeles Estados Unidos de pacientes de algunas enfermedades conocidas que presentaron un anormalmente bajo nivel de linfocitos TDC4+.

Como los dos primeros pacientes eran homosexuales y se les detectó manchas rosa en la piel se llamó inicialmente peste rosa, dando estigma a los homosexuales hasta hoy en día. Sin embargo las investigaciones mostraron que drogadictos, personas que habían recibido transfusiones, entre otros también lo padecían.

En 1984 se aisló el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). Tuvo su origen a comienzos del siglo XX, a partir del virus de inmunodeficiencia en simios (SIV), de los chimpancés que mutó hasta ser nocivo en los hombres, posiblemente en la ciudad colonial de Leopolville (Kinshasa) hacia 1920. (EL MUNDO. el 14 de enero de 2018)

Hasta la fecha se ha adelantado muy poco en tratamientos o vacunas, pese a algunos avances y algunas curaciones, el SIDA ha dejado casi 40 millones de muertes desde 1981 y otro número similar se encuentran contagiadas.

Ébola

11. Ébola 2014. BBC

El primer brote de ébola se detectó en Sudán y Zaire (República Democrática del Congo) en 1976. Se reportaron 3418 casos y 2830 muertes con una tasa de letalidad de 83%. Un segundo brote se presentó en 2001 dejando 224 muertes, otro más en 2007 con 35 muertes aunque en todos ellos descendió la letalidad. Sin embargo el brote de 2014 se inició el 6 de diciembre de 2003 con un niño llamado Emile Ouamouno como paciente 0 en Guinea. Pero rápidamente se expandió a Liberia, Sierra Leona, Nigeria, Senegal, Malí a varios países europeos y Estados Unidos por repatriación de médicos y enfermeros. En este último falleció un paciente.

Finalmente se dio por superado en 2016 con 28646 contagios y 11323 muertes, es decir tuvo una letalidad casi del 40%.

Esta enfermedad se origina en un virus que se trasmite por zoonosis desde su huésped los murciélagos frugívoros, hacia perros salvajes o domésticos y de allí mutan al hombre.

Los síntomas son fatiga, fiebre, cefaleas, dolor de articulaciones, músculos y abdomen, vómito, diarrea y pérdida de apetito. La disminución del brote se debió especialmente a las medidas de aislamiento de los pacientes, aunque el peligro sigue latente en África y la posibilidad que salte a otros continentes.


SARS

12. Epidemia de SARS. Business Insider

En 2002 surgió en Guangdong China una neumonía atípica que afectó a 8098 personas, cobrándose 774 víctimas mortales. Fue el primer campanazo de alerta sobre la situación actual, ya que se trata de un tipo de coronavirus. Empezó a ceder cuando se logró un aislamiento de pacientes y por lo tanto un menor número de contagios. https://www.who.int/topics/sarses/


Gripe porcina


13. Epidemia de H1N1. Lavanguardia.

En 2009 se supo de una variante del influenzavirus A, que aparentemente se dio por la mutación de un tipo de virus de los cerdos hacia los humanos en el estado mexicano de Veracruz. Se extendió rápidamente a muchos países del mundo a través de turistas y viajeros, siendo una pandemia que generó pánico y medidas de choque en muchos países.

En el mismo año 2009 se logró éxitos en los tratamientos con fármacos zanamivir y oseltamivir y adicionalmente se desarrolló la vacuna permitiendo controlar la situación, declarándose el fin del contagio el 10 de agosto de 2010, fecha en que se tenía un cálculo de 18.449 fallecidos.


Bibliografía

Cipriano,De Mortalitate. 1885. Trad. al inglés Ernest Wallis, h.


Duncan, Kirsty (2003). Hunting the 1918 Flu: One Scientist's Search for a Killer Virus. University of Toronto Press. p. 304. ISBN 0802087485.


Patterson, K. D.; Pyle, G. F. (1991). «The geography and mortality of the 1918 influenza pandemic». Bull Hist Med. (en inglés) 65 (1): 4-21. PMID 2021692.


Harper, Kyle "Pandemics and Passages to Late Antiquity: Rethinking the Plague of c. 249-70 described by Cyprian,"Journal of Roman Archaeology28 (2015) 223-60.)


Uriel García Cáceres. 2003. La Implantación de la Viruela en los Andes, la Historia de un Holocausto. http://www.scielo.org.pe/pdf/rins/v20n1/a09v20n1


EL MUNDO. «Kinshasa, 1920: el principio del VIH» Consultado el 14 de enero de 2018.


Franco–Paredes, Lammoglia, Santos–Preciado. 2003 Perspectiva histórica de la viruela en México: aparición, eliminación y riesgo de reaparición por bioterrorismo. Gaceta médica de México. México DF versión impresa ISSN 0016-3813


Gozalbes .«La Primera Peste de los Antoninos (165-170). Una Epidemia en la Roma Imperial».Revista de Historia de la Medicina y de la Ciencia. p. 8.


Gozalbes Cravioto y García García.«La Primera Peste de los Antoninos (165-170). Una Epidemia en la Roma Imperial». Revista de Historia de la Medicina y de la Ciencia. p. 8.


Gozalbes Cravioto (2003). «Pestes y pestilencia en la Antigüedad».Historia 16(Madrid: Historia y vida)XXVI(324)


Juan de Efeso. 561-1996. Chronicle of Pseudo - Dionysius of Tell Mahre, Part III. Traductor: W. Wittakowski. Liverpool University Press Pag. 74 - 98


Papagrigorakis MJ, Yapijakis C, Synodinos PN, Baziotopoulou-Valavani E (2006). «DNA examination of ancient dental pulp incriminates typhoid fever as a probable cause of the Plague of Athens».Int J Infect Dis10(3): 206-14


Poncio de Cartago. Vida de Cipriano. Trad. al inglés Ernest Wallis, h. 1885

Treviño, Héctor (1997). Historia de México. México: Castillo.


Fray Toribio de Benavante. 1555- 1913. Historia de los Indios de la Nueva España, de Toribio de Benavente, Madrid, Imprimatur, p. 2.


Tucidides 460-396 a.C. La Historia de la guerra del Peloponeso.



Enlaces


Imágenes

  1. Ciudadanos de Tournai, Bélgica, cargando víctimas de la peste negra, Pierart dou Tielt.

  2. Peste de Atenas. 1652–1654. Michiel Sweerts.

  3. Peste en Roma un lienzo de Jules Elie Delaunay

  4. San Cipriano de Cartago. Grabado Anonimo

  5. La Peste de Azoth. Nicolas Poussin, de 1631.

  6. Peste Negra-Alexandre Hesse-Honneurs funebres Rendu Au Titien

  7. Enfermos de viruela durante el sitio a Tenochtitlan. Códice Florentino.

  8. Grabado. El cólera en España la vacunación de ferran en Alcira de 1885.

  9. Otis Historical Archives Nat'l Museum of Health&Medicine.Gripe Española. Camp Funston, Kansas. 1918.

  10. David Kirby en su lecho de muerte. Therese Frare 1990.

  11. Ébola 2014. BBC

  12. Epidemia de SARS. Business Insider

  13. Epidemia de H1N1. Lavanguardia.

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