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Violencia y Conquista

Actualizado: 22 jun 2023

Autor (Wilmer García González)


Evidencias arqueológicas del hierro español, sobre la población Muisca de Usme. Un hallazgo fortuito que se convirtió en uno de los más importantes descubrimientos arqueológicos de los corrido del siglo XXI, puede ayudar a descubrir episodios inéditos del contacto Hispano-Americano.


1. Representación gráfica de como pudieron ser los conquistadores.

El descubrimiento de América ha sido uno de los eventos de mayor trascendencia en la historia, ya que los europeos descubren algo mas que un continente, asimilan un mundo esférico y unas fronteras mas allá de lo que nunca hubieran imaginado, un mundo habitado por culturas milenarias y digno de ser explorado y conquistado. Para los nativos americanos sería aún mayor la sorpresa saber que no estaban solos.


El encuentro de dos mundos permite a una civilización europea, militar y cristiana descubrir e imponerse a otras culturas diversas a fuerza de armas como primer elemento de contacto, para posteriormente relatar su milagrosa victoria, como el símbolo de su grandeza y poderío, demostrando que esta era la verdadera civilización, el faro que iluminaba e iba a la vanguardia, mientras los demás pueblos estaban atrasados, por orden divina o por abrazar al dios equivocado.


La historia nos llega con el relato de una superioridad militar y tecnológica de unos españoles que organizados en principios de lealtad a su rey y a su religión, se imponen a civilizaciones imperiales como los Incas o los Aztecas, cuyos grandes territorios fueron sometidos por apenas un puñado de hombres. Pero también relata el exterminio completo de pueblos como los Taínos o los Cuevas del Darien o el sometimiento de otras brillantes civilizaciones como los Muiscas.


De la caída de estos últimos se tenía un recorrido histórico, en las crónicas de Oviedo, Piedrahita o Castellanos o de fuentes anteriores cuyo relato se perdió pero que deja un testimonio aproximado, “eso si desde un punto de vista europeo”, a lo que pudo ser el trauma social, el choque militar y la dinámica cultural resultante. Pero un hallazgo arqueológico, permite que tengamos a la mano pruebas reveladoras, sobre el contacto el choque cultural y la violencia que se vivió en los primeros años.


Rastros De Violencia En Colombia

2. Grabado Theodore de Bry.

La violencia no nació en territorio hoy llamado Colombia con la conquista, como lo demuestran las pruebas arqueológicas que se han realizado en varios puntos del territorio nacional.


Un individuo masculino de 30-35 años, en El Salado departamento del Atlántico, del S VII d. C. es la muestra de violencia mas antigua, en Colombia. Presenta una lesión en el codo izquierdo, por una punta de proyectil hecha en espina de pescado, no tuvo cicatrización deduciendo que esta (posiblemente envenenada) sea la causa de la muerte. (Rodríguez y Rodríguez, 2002.)


Otra muestra se da en la vereda La Cristalina de El Cerrito Valle del Cauca, donde un individuo masculino de entre 40 y 45 años presentaba fracturas consolidadas de costilla y una serie de lesiones que fueron el resultado de una agresión de otra persona con un objeto contundente, acción realizada por una persona diestra. “Esta persona fue agredida fuertemente por el lado derecho con un mazo ocasionando trauma facial y pérdida de dientes, trauma en el hombro y fractura de antebrazo desembocando en procesos degenerativos que afectaron también la columna en la región cervical”. (Rodríguez, 2005. p. 81)


Los casos arqueológicos mas frecuentes de traumas por acciones violentas provienen de Cácota y Silos Norte de Santander, región ocupada a la llegada de los Españoles por el grupo Chitarero, donde todos los individuos adultos tanto masculinos como femeninos, están afectados en el frontal, quizás por golpes con macanas o varas, tanto con la punta como con el plano. Al parecer golpeaban unos a otros en la frente durante las borracheras”. (Rodríguez, 2006. p. 194)


En el altiplano Cundiboyacense las evidencias son escasas y sugieren una vida pacífica, aunque en Sopó en 1936, se encontraron algunos restos de individuos Muiscas que el arqueólogo quiso ver como muertos en batalla debido a la mutilación de los cuerpos y a la inhumación precipitada de algunos esqueletos, la falta de ajuar funerario y por estar depositados directamente en el suelo.


Los despojos humanos allí hallados no obstante su buena conservación indican que se trataba de un entierro precipitado tras una batalla

(Goez, 1936. p. 102)




La Guerra Para Los Muiscas

Un relato recolectado desde la tradición oral, da por primera vez una historia sobre hostilidades militares, precisamente en Usme tras una disputa amorosa entre, el cacique de Ubaque que se enamoró de la hija del Zipa Saguamanchica.


Si bien es cierto que Bogotá fue fundada el 6 de Agosto de 1538, pues por los años 1480, Usme ya existía. Era un poblado indígena. Los primeros habitantes fueron los Aldoas, hermanos de los Sutagaos y de los Cunday, que en esa época eran los vivos del paseo, porque explotaban a los Sutagaos y los Noas con tributos; eran todos los que habitaban todo el páramo de Sumapaz y se veían desde todo el río Papaneme hasta el poblado de Usme, el que era gobernado por Saguamanchica.

En esa época en el año1480, el poblado fue invadido por el cacique Ubaque… Saguamanchica tenía una hija muy bonita que se llamaba Usminia.

Ella fue raptada por el cacique Ubaque, Saguamanchica recuperó el poblado y mas tarde fue el primer Zipa de Bacatá”.

(Seudónimo Saguamachica XXI, 1997. pp. 12-13)



3. Monumento a Usminia.

Las crónicas remontan las hostilidades a la política expansionista del Zipa Saguamanchica primero sobre los territorios de los Sutagaos y la rendición de su cacique Usatama y posteriormente con la conquista de Guatavita, y Ubaque.

Fernández de Piedrahita no menciona ninguna historia de amor, se refiere a problemas fronterizos en los que el cacique Ubaque invadió Pasca y Usme, como la raíz de esta enemistad, pero si nombra múltiples enfrentamientos con los panches en Zipacón y Tena, conquistas y hostilidades continuas con el cacique de Guatavita y una batalla en Sopó. Otra gran batalla en Chocontá contra una alianza del zaque Michúa y el Guatavita les costó la vida tanto al zipa como al zaque.


El sucesor del zipa fue Nemequene quien reconquista los Sutagaos, rechaza a los panches y somete una rebelión de Ebaté (Ubaté) y Zipaquirá en una batalla entre Cajicá y Chía. Finalmente vence a Guatavita quien muere y a Ubaque que sella una alianza matrimonial. Para volver a derrotar a Ebaté, Simijaca y Susa.


4. Saguamanchica.

La siguiente fue la batalla del Arroyo de las Vueltas contra el zaque Quimuinchatecha en la que hay una minuciosa descripción de las costumbres, los preparativos, hostilidades, estrategias y armas. Alianzas múltiples que incluyen al Sugamuxi del lado del zaque y una avanzada del gran guerrero Saquezazípa sobre la provincia de Turmequé etc.


Durante la batalla narran los cronistas que se da una gran gritería llamada Guazabara, aparecen cuerpos del ejército especializados en arrojar piedras, choques frontales con picas y macanas y finalmente el zipa resulta herido y muerto por lo que se obliga a la retirada de su ejército. A raíz de esto viene una tregua intercedida por el sacerdote de Sugamuxi. El ascenso del nuevo zipa Tisquesusa está seguido de una serie de rebeliones internas, rápidamente reprimidas, si bien el zipa fija sus ambiciones sobre los muzos y su cacica Furatena, territorios que invade en el preámbulo de la conquista española. (Fernández de Piedrahita, 1986 /1668. )

5. Representación de la batalla de Chocontá. Grabado de Amberes 1688

Las crónicas quieren hacer ver ejércitos organizados con hombres entrenados y fuertes luchas de poder. Zipas y Zaques están decididos a conquistar todo el territorio Muisca, mientras que de otras etnias solo les interesa defenderse, no someterlas. Las armas son principalmente macanas, saetas, piedras y tiraderas, parece muy efectivo el uso de armas psicológicas como instrumentos musicales y la Guazabara.









La Conquista


6. La Conquista.

En 1537 se dio el primer contacto entre muiscas y españoles. La primera expedición fue dirigida por el abogado Gonzalo Jiménez de Quesada, quien había partido desde Santa Marta en 1536 y con una tropa disminuida, tras muchas penalidades ingresa a los dominios del Zipa por Guachetá.


El primer combate entre muiscas y españoles se presenta cerca de la fortaleza de Busongote, o Cajicá. En ella los muiscas fueron sorprendidos por el armamento superior, los caballos y la pólvora. También los vencidos iniciaron tímidos intercambios que incluyen las cuentas de vidrio.

Allí se detuvieron ocho días asentando paces con muchos indios comarcanos, que ya persuadidos á que los Españoles verdaderamente eran hijos del sol y la luna, enviados del cielo para castigar sus pecados, se fueron en procesión á Busongote cargados de braseros, y poniéndolos delante del General Quesada echaron en ellos cierta resina que se llaman moque, para incensario, cantando al mismo tiempo himnos en que le pedían perdón del atrevimiento pasado, que fácilmente se les concedió dándoles algunas cuentas de vidrio y otras cosas livianas de Castilla, que sirvieron de anzuelo para acudir á verlo, otras muchas veces con presentes de mantenimientos, joyas de oro, esmeraldas y telas de algodón aventajadas á todas las demás que habían visto”

(Fernández de Piedrahita, 1986 /1668 p. 138)

La invasión continuó y los muiscas presentaron cierta resistencia con tácticas de guerrillas aprovechando la chucuas, que rodeaban Bacatá, aunque se mantuvo también un reconocimiento mutuo y cierta admiración. Los españoles auxiliaron las fortalezas limítrofes contra los Panches, marcharon contra el zaque al que secuestraron y enfrentaron sus tropas en Hunza o Tunja.

7. Tundama

Jiménez de Quesada cargó contra el cacique-sacerdote Suamox o Sugamuxi y en el camino se enfrentó con Tundama en Paipa, sin poder tomar su posición. Derrotó al Sugamuxi, en llanura abierta sometiendo la confederación de Iracá, incendiando posteriormente el Templo del Sol. De regreso hacia Bacatá en Bonza se da la segunda batalla entre muiscas de Tundama y españoles. En este combate estuvo próximo a morir Gonzalo Jiménez de Quesada al caer del caballo y ser rescatado por el capitán Baltasar Maldonado.

Baganique, usaque aliado de los españoles muere por fuego amigo al confundirlo sus aliados por un plumaje colorido que se puso y no verde, como estaba convenido.


Otro combate fue el asalto a la fortaleza de Facatativá, donde se describe el lanzamiento de maderos encendidos sobre los españoles y la muerte de Tisquesusa, a manos del ballestero Alonso Domínguez. Después se dio la alianza de Saquezazípa con los conquistadores, contra los panches a los que vencieron en la batalla de Tocarema.


Posteriormente arribaron los conquistadores Sebastián de Benalcazar y Nicolás de Federman, haciéndose aliados. Finalmente las hostilidades se centran en la batalla del Pantano de la Guerra, entre el señor de Tundama, que fortificado con "veinte mil hombres" en una isla pantanosa, anuló la caballería y la infantería. Por su parte los españoles bajo el mando de Baltasar Maldonado, con "cuarenta caballos, sesenta infantes y dos mil Yanaconas" (Soldados de avanzada del imperio de los Incas, seguramente traídos por Benalcázar) rodearon la fortaleza y la mantuvieron bajo asedio.


Se intercambiaron palabras y Tundama rechazó las propuestas de paz del español recordándole la muerte que le habían dado a los zipas y zaques. Esta batalla le costó la vida a cuatro mil hombres. Tundama escapó y continuó presentando hostilidades por lo menos en tres oportunidades, pero finalmente se rindió y aceptó la paz de Maldonado, quien le mataría después de un martillazo. Con esta batalla se dan por terminadas las hostilidades de la conquista y se inicia el lento proceso de fusión cultural y la colonia. (Fernández de Piedrahita, 1986 /1668)



Evidencias Arqueológicas De La Conquista Americana.


8. Indígena muerto por disparo de Arcabuz. National Geographic Society.

Hay pocos rastros en la arqueología que nos puedan remontar al momento del contacto y menos aún al conflicto entre europeos y población nativa en los siglos XV, XVI y XVII. Pero ocasionalmente surgen hallazgos de alto valor, que no solo corresponden a la etapa sino que dan muestras exactas de conflicto.


La National Geographic Society financia una excavación en 2007 en el suburbio Puruchuco de Lima, en las que el arqueólogo Guillermo Cock descubre 72 inhumaciones sin las tradicionales ceremonias, tal vez sepultados de forma apresurada. Un individuo presentaba un orificio de entrada en el cráneo, de un disparo hecho con un mosquete, lo que deja pocas dudas a la muerte en poder de los conquistadores españoles.


9. Ana Maria Groot.

Mientras que en otro suburbio, esta vez de la ciudad de Bogotá se hace un segundo hallazgo relacionado a la violencia de los conquistadores. Excavación dirigida por Ana María Groot y Virgilio Becerra arqueólogos de la Universidad Nacional de Colombia en la hacienda El Carmen localidad 5 de Usme.


Cerca 120 individuos fueron excavados con diferentes características y ajuares. Pero uno de ellos, presenta una particularidad. Se trata de una perforación en el tercio distal de la diáfisis del fémur derecho, con orificios de entrada y salida por impacto de proyectil, sin evidencia de cicatrización. Es posible que se trate de un proyectil atípico o un impacto de ballesta (Ramírez, 2009.)


10. Virgilio Becerra.

Además su tumba tiene un amontonamiento de huesos de animal, cerámica y piedras, donde también se encontraron cuentas de vidrio europeo del siglo XVI, lo que sitúa a este individuo como muerto durante la conquista (Becerra, 2010.)




Necrópolis De Usme


La llamada necrópolis de Usme, fue un hallazgo fortuito realizado por una empresa constructora, mientras removía tierras para la construcción de una ciudadela en 2007. En Usme se encontraron mas de 2000 tumbas y se excavaron inicialmente 51 y en ellas 45 esqueletos completos, huesos de animales, vasijas, collares y hasta materias primas provenientes de la costa pacífica, los llanos o el alto Magdalena.


Es de recordar que Usme es una puerta de entrada a la Sabana de Bogotá desde el valle del Magdalena o los llanos orientales, muy cercano al páramo de Sumapaz y con abundantes fuentes de agua, por lo que se entiende que fuera un lugar especialmente importante para el asentamiento de las poblaciones prehispánicas.


Uno de los hallazgos mas llamativos fue una estructura funeraria llamada por los arqueólogos inicialmente Amas y rebautizada con el nombre Muisca de “Asán” que significa en su cima o en su parte de arriba, pero que dicho dos veces significa amontonamiento).


Es un amontonamiento intencional de cerámica, huesos de animal, piedras y otros elementos.


La estructura circular conformada por una densa concentración, amontonamiento o relleno de fragmentos diversos de cerámica, piedras huesos de animal, concreciones de arcilla utensilios de piedra pulida cuentas de collar fragmentos de metate y manos de moler la denominamos con el galicismo “amas.” Se trataría de un relleno intencional de la superficie inmediatamente superior al cadáver inhumado en la base de una tumba de pozo 2008 circular. Ese relleno tiene varias capas de fragmento de diversas materias primas intervenidas o brutas sobre un espesor total de 20-30 cm

(Becerra y Groot, 2008. p. 45)

Este asán es el primero de tres estructuras funerarias similares ubicadas en la ampliación de los perfiles. tiene 80 cm de diámetro, su distancia con el otro asán funerario N° 2 es de solo 1,40 y de 4,10 con el asán 3.


Estructuras semejantes fueron descritas en Soacha, Candelaria la Nueva, Sibaté, Tunja y Sopó no siempre como arquitectura de la tumba. Álvaro Botiva los denomina Nichos en el cementerio de Soacha, asociado a sepulturas de forma más complejas, se refiere igualmente a ellos como rellenos de tumbas en los en el cercado grande de los santuarios de Tunja.


11. Asán 2


Traumas Por Violencia en Usme

  • En la tumba No 17 se encuentra un individuo masculino de 40-45 años decúbito dorsal (boca arriba) el individuo estuvo posiblemente amortajado. Las muestras de violencia se manifiestan en la cabeza. Esta se encuentra orientada hacia el suroccidente y “descolgada” hacia atrás.

El maxilar superior derecho presenta una línea de nervio “contusión”, de 1.5 mm de grosor x 1 mm de profundidad x 30 mm de longitud, producto de un golpe con un elemento de filo delgado, posiblemente perimortem o inmediatamente después de la muerte ya que no muestra signos de cicatrización”.

(Ramírez, Op. Cit. p. 114)


La contusión descrita, puede estar asociada al sacrificio, a una lesión por guerra, lucha o accidente.

  • La tumba 19 presenta un individuo femenino adulto 40-45 años, en posición de decúbito dorsal. Presenta un impacto sobre el parietal izquierdo de un elemento cortocontundente, con hundimiento de 7 mm de profundidad máxima, tiene una longitud de 50 milímetros y un ancho de 20 milímetros, que no presenta respuesta hematológica, ni muestras de cicatrización, por lo que se entiende que fue hecho al momento de la muerte y que esta puede ser la causa de la misma. Este individuo también tuvo una muerte violenta asociada a un sacrificio, guerra, riña o accidente y en caso de un conflicto armado se asocia a una guerra no indígena.

12. Traumatismo en individuo femenino.

  • La tumba 20 es un complejo arquitectónico de estructura y tumba que incluye el asán No 3, la tumba de pozo circular de un metro de diámetro y 40-70 centímetros de profundidad. El fondo es plano ligeramente inclinado hacia el occidente. El asán se encuentra sobre la tumba está alineado con los asán 1 y 2, las cuales son estructuras muy similares entre si, con fragmentos de piedra, cantos rodados, piedras talladas, restos de lascas, piedras en bruto, piedras pulidas, volantes o fragmentos de volantes de huso fragmentos de cerámica, adornos o utensilios en hueso, fragmentos o huesos completos de animales sin trabajar, concreciones de arcilla en bruto, arcilla semi-cocida, carbón vegetal, fragmentos de concha, cuentas de collar en concha y en vidrio.

13. Asan 3. Tumba 20

Este último elemento son 5 cuentas de collar de vidrio cuyo origen es claramente europeo. La primera del tipo Nuevo Cadiz probablemente de origen Veneciano y las otras 4 de origen Español, sin duda alguna elementos exóticos para los indígenas y elementos de intercambio para los conquistadores.


El individuo masculino adulto de 40-45 años de edad, fue fuertemente amortajado y estaba decúbito dorsal con brazos extendidos y piernas flejadas contra el pecho.

14. Cuentas de Vidrios encontradas en Tumba 20.

Este individuo presentaba varios traumatismos, que incluye, en primer lugar una fusión de falange proximal y distal en el primer metatarso del pie izquierdo trauma antiguo y sanado, en segundo lugar una perforación en el occipital de 1 milímetro de grueso, atravesando de exocráneo a endocráneo, como tercer trauma un hundimiento sobre el cráneo, la cual es una contusión cicatrizada sobre el parietal izquierdo similar al del individuo 19, pero a diferencia de este, no se relaciona como la causa de la muerte y el trauma mas llamativo que se encuentra en su fémur izquierdo.


15. Perforación en Fémur individuo 20.

En el fémur izquierdo también presenta una perforación circular de 7 mm de diámetro que atraviesa la diáfisis en su tercio medio, los orificios de ambas paredes del fémur tienen la morfología típica de las perforaciones causadas por impacto de proyectil de arma de fuego. El orificio es completamente circular en la pared posterior del fémur y podría ser el resultado de la entrada del proyectil.”

(Becerra y Groot, 2008. p. 70)


En la tumba no se encontró ningún proyectil, entendiéndose inicialmente que atravesó completamente la pierna, ya que en la parte anterior del orificio, presenta astillas y un fragmento óseo levantado como un orificio de salida. Hay que asimilar que ningún arma Muisca podía atravesar un fémur por lo que la atención se centra en las armas europeas de la conquista. Con base en ello se hizo un análisis balístico de proyectiles del Siglo XVI.


16. Mosquetero y Arcabucero. https://beacon.by/revistadehistoria/tercios-espanoles/9#/9

El calibre del arcabuz, medido en el peso de la bala, solía ser de una onza y media, una onza o tres cuartos de onza, siendo más comunes los dos últimos calibres, y considerándose onza y media prácticamente un calibre de mosquete. 1 onza = 1/16 libra castellana = 28.75 gramos. 1 bala de plomo de 1 y 1⁄2 onza de peso tendría 19.4 mm de diámetro. 1 bala de plomo de 1 onza de peso tendría 17 mm de diámetro. 1 bala de plomo de 3⁄4 de onza de peso tendría 15.4 mm de diámetro. La longitud del cañón era de entre unos cuatro y cinco palmos de vara castellana [80 - 100cm] y pesaba unas 10 o 12 libras [4-5 kgs]. La pared del cañón tenía un espesor variable, siendo en la boca una tercera parte más o menos, del grosor que tenía en la culata [o recámara] esto es, donde se producía la explosión de la pólvora, y por tanto, donde debía estar más reforzado. La sección exterior del cañón solía ser en muchas ocasiones octogonal [ochavada] lo que indica que los maestros armeros desconocían realmente como actuaban las fuerzas ejercidas por la ignición de la pólvora, pues una sección circular trabaja asumiendo la tensión de manera uniforme.


Finalmente es necesario entender que España es un pueblo nacido de una guerra llamada La Reconquista en el que se defiende la cristiandad por medio de las armas, y se justifica expandir las fronteras contra de los herejes. Los conquistadores pertenecían a una generación posterior a la reconquista de Granada, último bastión musulmán y por lo tanto eran hombres deseosos de revivir las hazañas de sus ancestros, expandir el Cristianismo y su reino.


Mientras tanto los muiscas viven conflictos internos y externos, pero la guerra es menos importante. Si bien tenían necesidades de defensa fronterizas y existían procesos expansionistas de sus caciques estos eran escenarios políticos que no influyen en las dinámicas normales de la vida. Las crónicas españolas exaltan las victorias de los conquistadores y minimizan sus derrotas, pero también comentan el terror que generaron en los indígenas sus armas y caballos.


17. Grabado S XVII. Theodor de Bry.

La necrópolis de Usme permite obtener algunas tumbas cuya datación calibrada los ubica en el contacto y nos acerca a la comprensión de lo que significó la guerra de la conquista. Así las estructuras circulares asán que no habían sido abordadas por la arqueología fueron posiblemente parte de rituales de inhumación especiales, de allí que no se vean generalizados en los contextos funerarios. Estos son de la época del muisca tardío y es muy evidente que el depósito de materiales fue intencional y que forma parte del ritual de inhumación de individuos que en este caso tienen muestras de violencia.


La existencia de cuentas de vidrio en el asán es una evidencia de que esta persona recibió una inhumación poco frecuente, comparado con las otras estructuras, ritos y acompañamientos de la zona muisca y de Usme, por ello es necesario preguntarse por este particular enterramiento. ¿Quien era este individuo?, ¿Que motivos llevan a incluir elementos exóticos en su estructura funeraria?

Los elementos asociados al asán, puedieron ser ofrendas de los dolientes o las propiedades del individuo sepultado, pero las cuentas de vidrio, solo pudieron ser accedidas tras el contacto. Elementos escasos, exóticos y costosos.

18. Cuenta de vidrio

Las cuentas de vidrio habían sido descritas por Silva Celis en tumbas muiscas en las cuevas de La Belleza Santander (Broadbent, 1965.), sugiriendo cambios en los enterramientos del postcontacto. El elemento que enlaza las cuentas de vidrio con la guerra de la conquista está en las crónicas de Fernández de Piedrahita, como elementos de intercambio que se dieron tras la batalla de Busongote, ofrecidos por los europeos a cambio de oro.


Retomando la tumba 20 de Usme, es necesario mencionar que se trata de un individuo masculino adulto, 40-45 años. Maduro pero aun robusto, con varias muestras de violencia algunas de ellas ya cicatrizadas parecen describirlo como un curtido guerrero. Además no se debe ignorar que el trauma sobre el fémur, fue posiblemente la causa de la muerte, si el elemento llegó a lesionar la arteria femoral y produjo desangre.


Es en este punto donde se merece analizar que el armamento muisca estaba basado en macanas de golpe contundente, saetas arrojadizas y tiraderas de proyectiles incapaces de generar una herida como esta, por lo que se dirige la atención hacia las armas españolas. El proyectil de un arcabuz del siglo XVI tiene un calibre de 15 a 20 mm pero las dimensiones de la herida son de 7 mm por lo que no hay correspondencia, además estos tenían un alcance de 50 metros y los conquistadores, debieron padecer escasez de pólvora y municiones tras largas y penosas expediciones.


Por el contrario un disparo de ballesta alcanzaba 300 metros y se podía recuperar y reutilizar la saeta, por lo que debió tener mayor uso en batalla. Esto es coherente con el hecho de que no se encontró proyectil alguno en la excavación de la tumba. Los calibres de las saetas eran variables de acuerdo a la punta de la flecha y en este caso no se pudo establecer en el calibre en la herida, pues el proyectil aparentemente penetró parcialmente el tejido óseo.


Existe la posibilidad de que este individuo fuera un curtido soldado de los ejércitos del zipa y que falleciera en un enfrentamiento con los españoles, (posiblemente el de Busongote o Cajicá mencionado en las crónicas) y que por motivos que desconocemos haya sido trasladado a Usme para su inhumación, aquí las cuentas de vidrio adquiridas en el intercambio después del combate se añadieron a la ofrenda. Así el estatus de guerrero y la muerte en batalla le hicieron merecedor de una ceremonia y una tumba destacada.



Wilmer García González

Antropólogo- Arqueólogo



BIBLIOGRAFÍA

  • Becerra, Becerra Virgilio y Groot Mahecha Ana María. 2008. Reconocimiento, visualización y prospección arqueológica de la Hacienda El Carmen, localidad 5 Usme, Bogotá, D. C.: Plan de manejo arqueológico. Universidad Nacional de Colombia Metrovivienda. Bogotá.

  • Becerra, Becerra Virgilio 2009 Hallazgos arqueológicos en la Hacienda El Carmen de la Ciudadela Nuevo Usme. Hábitat - Metrovivienda: Alcaldía Mayor de Bogotá. Bogotá.

  • Becerra, Becerra Virgilio. 2010. Necrópolis de Usme. Lugar de comunicación con los dioses. Ancestros prehispánicos de Bogotá. Universidad Nacional de Colombia Metrovivienda. Bogotá

  • Fernández de Piedrahita Lucas. 1986 /1668. Historia de las conquistas del Nuevo Reino de Granada. Carvajal S.A. Santander de Quilichao.

  • Goez Carlos Ramón. 1936 “Hallazgos arqueológicos en Cundinamarca” PAN. N° 9

  • Ramírez Luisa Verónica. 2009. Desigualdad social en las poblaciones prehispánicas. Estudio de las evidencias arqueológicas de un cementerio indígena en Usme, Localidad 5 de Bogotá. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá.

  • Rodríguez José Vicente y Rodriguez Camilo. 2002. Bioantropología de los restos óseos provenientes de un sitio tardío en el bajo Magdalena. (El Salada, Salamina, Magdalena). En Revista Maguaré. Departamento de Antropología, Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Colombia. Bogotá.

  • Rodríguez José Vicente. 2005. Pueblos rituales y condiciones de vida prehispánicas en el Valle del Cauca. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá.

  • Seudónimo Saguamachica XXI. 1997. Usme. Nido de amor con historias ocultas. Santa Fe de Bogotá. Bogotá D.C.


IMÁGENES

2. Grabado Theodore de Bry.

4. Saguamanchica. wikipedia.org

5. Grabado de Amberes 1688.

8. Indígena muerto por disparo de Arcabuz. National Geographic Society.

9. Ana María Groot. Wikipedia.org

10. Virgilio Becerra. Unimedios

11. Asán 2. Universidad Nacional- Ramírez 2009.

12. Traumatismo en individuo femenino. Universidad Nacional- Ramírez 2009.

13. Asan 3. Tumba 20. Universidad Nacional- Ramírez 2009.

14. Cuentas de Vidrios encontradas en Tumba 20. Universidad Nacional- Ramírez 2009.

15. Perforación en Fémur individuo 20. Universidad Nacional- Ramírez 2009.

17. Theodor de Bry. Grabado S XVII

18. Cuenta de vidrio. Universidad Nacional- Ramírez 2009.

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